Viene siendo verdad que Trujillo creo un monopolio comercial en la República Dominicana, esto no significa que haya sido del todo negativo. Nuestro bello país antillano se encontraba en una crisis económica, en un total desorden. Necesitábamos la imposición del orden de donde sea que este proviniera. Muchas personas concuerdan, que de no haber sido Trujillo el que impuso su mano firme para organizar la economía nacional, otra persona lo hubiese hecho.
Rafael Leonidas Trujillo incorporó su pensamiento en todos los tipos de negocios. Tenía tanto poder, tanto apoyo en sus manos, que nadie era capaz de imponérsele. Utilizó este mismo poder para crear leyes al favor de su monopolio comercial lo que enriqueció aún más sus finanzas personales. Se involucró desde servicios de salud, industrias ferreteras, producción y venta sal, venta de productos de la canasta familiar como el arroz y la leche, hasta industrias textiles, industrias de calzado y vendedoras de pintura. Trujillo fue un monopolista consumado no sólo porque él quería serlo o prefería serlo sino también porque el medio económico—social lo demandaba.
También procreó un monopolio político, con la instauración del Partido Dominicano. El que se opusiera a dicho partido o sus ideales se le consideraba como opositor al régimen y sufría consecuencias. El tirano reorganizó el país, aunque sus métodos no fueron los correctos, los resultados sin duda eran los necesitados.
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