Cuando Rafael Leónidas Trujillo fue hecho militar para las tropas estadounidenses en la Primera Intervención Norteamericana (1916-1924), nadie veía en él alguien a quien temer. Y es que su actitud "arribista" y de supuesta lealtad hizo que más de una confiara desmedidamente en él.
Un ejemplo de esto fue el entonces Presidente Horacio Vásquez, quien al enterarse de el golpe de estado que tramaba Trujillo, subestimó el papel de este en la participación revolucionaria y lo nombró Jefe del Ejército Nacional, haciéndolo, de alguna manera, su mano derecha.
Otro personaje importante en esta historia fue Rafael Estrella Ureña. Éste, al unirse al plan golpista del gobierno de turno de Vásquez, de una manera u otra, trató de utitizar a Trujillo para sus aspiraciones. Ambos planeaban convertirse en los Presidente y Vicepresidente de la República. Sin embargo, Estrella Ureña no sabía que era él quién estaba siendo utilizado, manipulado y más adelante echado a un lado. No obstante, siguió subestimando a Trujillo y confiando en él hasta que fue demasiado tarde.
Como Horacio Vásquez, Estrella Ureña y los norteamericanos subestimaron las ambiciones tan poderosas de Trujillo, tuvo un gran peso en la balanza que lo ayudó a subir al poder y decirse dueño y señor de nuestra nación. Ahora, ¿quién tuvo la culpa? Realmente no es apropiado condenar a nadie. Quien sabe que curso hubiese tomado la historia si hubieran actuado diferentes ante el joven Trujillo.
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