El triunvirato



El 22 de diciembre de 1963, el triunviro Emilio de los Santos renunció en protesta por las medidas tomadas por las Fuerzas Armadas contra las guerrillas surgidas en noviembre de 1963 bajo la jefatura del doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, líder del movimiento Revolucionario 14 de julio. De los Santos fue sustituido por Donald Reíd Cabral, un acaudalado importador de vehículos de motor que pasó a presidir el Triunvirato.

Durante el régimen del Triunvirato reinó una desorganización administrativa creciente. El gobierno se vio inmerso en una mañana de contradicciones económicas y políticas que profundizaron su aislamiento político y motorizaron la división de las Fuerzas Armadas.

Desde que inició su ejercicio, el Triunvirato se enfrentó con disposición abierta de los obreros y estudiantes.

Múltiples manifestaciones de protesta se realizaron en todo el país. En mayo de 1964, por ejemplo un Comité Nacional de Coordinación de las organizaciones sindicales decretó una huelga general. La huelga se extendió a los barrios de la capital, donde se formaron barricadas para resistir a la policía con piedras, palos y otros objetos. En el llamado a huelga se exhortaba a expulsar del poder “ a los representantes de los más funestos intereses de nuestro país: los enemigos de la clase obrera”. (Documento citado por Franklin J. Franco, “Clases, Crisis y Comandos”, págs. 170-172).

Otras importantes protestas obreras se realizaron en la ciudad de La Romana contra la empresa norteamericana radicada allí. En febrero de 1965, los sindicatos afiliados a la confederación de Trabajadores Foupsa-Cesitrado celebraron un congreso de Unidad Obrera, donde incluyeron entre sus demandas el restablecimiento de la Constitución de 1963, que había sido aprobado por el congreso durante el gobierno de Bosch y anulada su vigencia por el Triunvirato.

Junto a esas protestas obreras creció el descontento contra la desorganización administrativa del Triunvirato, que expresó en diversas actividades económicas que fueron consideradas ilícitas por los opositores del régimen.

Una de las medidas que suscitó mayores protestas hasta en los círculos del comercio importador, que había apoyado el derrocamiento de Bosch, fue el anuncio de la constitución de una compañía por acciones denominada “Cantina Policía Nacional, C. Por A.”, con un capital autorizado por el entonces jefe policial general de brigada Belisario Peguero Guerrero. Julio César Martínez, en su folleto “ Santo Domingo, desde Trujillo hasta la Revolución de Abril”, describió la situación creada con la formación de esa compañía, de la manera siguiente:

“Esta empresa policial-comercial provocó un escándalo en cadena en los propios círculos que contribuyeron al derrocami9ento de Bosch. Las Cámaras de Comercio de las principales ciudades amenazaron con un cierre general de los comercios en caso de no resolverse la desleal competencia. El contrabando estaba íntimamente relacionado con las cantinas militares. Reíd Cabral respondió a los planteamientos públicos: La empresa policial es una cooperativa; pero resulta que en el Aviso de constitución se decía que el 15 de junio de 1964 se había constituido una compañía por acciones, en acto bajo firma privada, que tenía por objeto la compra, venta e importación, al por mayor de detalle, de una vasta serie de productos, desde hilos para coser hasta joyas y refrigeradoras… La empresa podía establecer sucursales, no sólo en el país sino también en el extranjero.

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