Según Trujillo, los haitianos eran los responsable del robo de ganado que existía en la frontera, además de un cierto contrabando ilegal. Como consecuencia de esto el mando a los terratenientes y militares a asesinar haitianos. Fueron asesinados aproximadamente entre 1000 y 5000, sin distinción de edad o sexo. Incluso llegaron a asesinar a algunos dominicanos de piel muy oscura, confundidos con haitianos.
Aun así, para Trujillo esto fue un esfuerzo civilizador para devolver a la República Dominicana a su origen cristiano e hispánico, que había desaparecido según el con los haitianos en el país. El Estado de entonces promovió un pensamiento anti haitiano, y con esto surgió una identidad xenofóbica por parte de los dominicanos. Este pensamiento que implantó Trujillo de los dominicanos a los haitianos es algo que aun hoy en día existe, una herencia negativa de Trujillo para el país.
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